Cuando la noche brilla
a ritmo de las estrellas.
Cuando los astros pasan
en viaje de ida y vuelta,
no te acerques a Cristina
que al vuelo se despierta.
Cuando sus ojos se eleven
como racimos al cielo,
acaríciala suavemente,
bésala con labios nuevos.
Hazle un juguete de escarcha,
ponle flores en su pelo
y cuando al presto despierte
hazle mimos, inúndala de besos.
Cuando se desinfle la noche
volverá de nuevo la escarcha
para hacerle una riada
de estrellas sobre su cama.
Con el sol y la luna
y una sonrisa de plata,
le haré un sonajero
para que sueñe con hadas.
Que yo vi un ángel de miel
posarse en su almohada
y vi al anochecer
cantarle su mejor nana.
Baila en sus ojos la luna
cuando se mira al espejo
y lleva impregnada la gracia
de un abril blanco risueño.
Y sueña y ríe, y llora,
con sus ojitos despiertos,
y revuela cual gaviota
en brazos de sus abuelos.
Dime , Cristina.
¡Quién duerme junto a tu cama!,
¿son ángeles, estrellas, luceros?
¡no! son dos corazones flotantes
que están velando tus sueños.
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